Planeo viajes que no llevan a nada, me rodeo de desconocidos, pierdo el tiempo, me incluyo en grupos ajenos, me siento invisible. Después, una luz me ilumina, me ciega y se va.
Ahora sigo planeando viajes sin sentido, sigo rodeándome de auténticos desconocidos, me siento mas invisible que nunca y siento que la ironía de la vida y yo, no somos muy amigos.
Echo de menos a mi familia.
Echo de menos la vida.
Mama, te quiero.
Y a ti también, payaso.
PD: Bendito Nacho. Bendito Madrid.
Quiero volver.
No hay comentarios:
Publicar un comentario